
"La Ola"
("Die welle", 2008) fue una de las películas de la muestra internacional del Sanfic 2008, pero una de esas que de verdad entusiasman, entre tantas "propuestas de autor" sesudas y con final fome que exhiben en los festivales. Por suerte, aunque con delay, a alguien se le ocurrió ponerla nuevamente en cartelera.
La premisa central es inquietante, algo que muchos se deben haber preguntado más de alguna vez: ¿Podrían los alemanes, en pleno siglo XXI, volver a aceptar un régimen como el de Hitler? Esta peli plantea su propia teoría al respecto, y de la siguiente manera: A un profe de liceo alemán le asignan un taller de Gobierno (¡Yaju! Diversión...) de una semana de duración, que tendría como tema central la "autocracia", palabra menos amenazante que "dictadura", pero que finalmente viene a ser lo mismo. El profesor, apestado, tiene que explicarle a sus alumnos de qué se va a tratar el curso, y los alemanitos también se apestan y reclaman.
Llevado a un liceo de nuestro querido Chilito, la cosa sería algo así como: "Jóvenes, en el taller de Gobierno de este año vamos a hablar de los regímenes totalitarios" (Pifias generalizadas) "¡Chaaa profe! Pero ese tema está terrible repetío poh. Estamos chatos de que nos hablen del Golpe del 73, si nosotros no estamos ni ahí, no tuvimos ná la culpa. Aparte, esa custión no va a volver a pasar ¿Cierto cabros?" ("Sí" generalizado). "¿Ah no que no?", respondería el caldeado docente, "Hagamos un experimento: transformemos al curso en un grupo con un régimen autoritario, y veamos qué pasa".
Sale y vale. Volviendo a la película, los lolitos germanos aceptan el desafío de jugar al Tercer Reich (obvio, no iban a jugar a la Junta Militar, qué foca), nombran al profe como líder y de a poco comienzan a avanzar en el experimento: primero aparecen las normas de disciplina (pedir permiso para hablar y dirigirse al profesor como "señor Wenger"), y luego no se demoran mucho en asignarse puestos fijos en la sala, usar uniforme, crear una insignia y - ¡oh! - un saludo especial.
Además, como Alemania hoy en día está aún más revoltijeada racialmente hablando, imaginen el caldo de cultivo que se forma cuando los alemanitos están mezclados con africanitos, turquitos y orientalitos.
Resumiendo - y para no terminar contando que el asesino es el mayordomo - el taller se le escapa de las manos a herr professor, con "insospechadas consecuencias". ¿Que no podrían volver a ser nazis los perlas? ¡Ja!
En realidad puede que no, puede que no lograran llegar tan lejos como en los años cuarenta, pero la experiencia termina por demostrar que cualquier sistema de gobierno, por más injusto, arbitrario e incluso irracional que parezca, puede encontrar acogida si se plantea tras un discurso lógico, que busque la eficiencia y el bien común. Y muestra también que los adolescentes son el mejor público objetivo para iniciar una "revolución" de este tipo. Claro, si se unen a tribus urbanas - que ya implican un código particular y algo así como un uniforme - por puro gusto ¿Por qué no sumarse a un movimiento que parece prestarles la atención que ellos buscan? Aparte, plantea el poder que pueden llegar a tener los profesores (si en el ministerio de Educación vieran esta película, de seguro les aceptan las peticiones a los profes y termina el paro).
Pero en fin, vayan a verla y saquen sus propias conclusiones. Dato para la causa: Este experimento efectivamente se realizó, pero en el Cubberley High School de Palo Alto, California, en 1967. Se le llamó "La Tercera Ola", e inspiró una novela, en la que se basó la película ¡Chan!
por Paulix